4 oct 2012

Creaciones artísticas en tiempos de penuria – El arte como instrumento de poder

Texto Presentado en el:
2° Coloquio Interdisciplinario de la Facultad de Filosofía y Letras UNAM
DEMOCRACIA, REBELDÍA, PODER: GENERAR COMUNIDAD

Mauricio Arcila Arango
Historiador


“CREACIONES ARTÍSTICAS EN TIEMPOS DE PENURIA – EL ARTE COMO INSTRUMENTO DE PODER”
¿Y para qué poetas en tiempos de penuria?[1] Es la pregunta que se hace Hölderlin y mas tarde retoma Heidegger, que en base a esto se cuestiona: ¿Quién responde a la pregunta de para qué es poeta y hacia dónde se encamina su canto?¿a qué lugar del destino de la noche del mundo pertenece el poeta?; pues bien, estas preguntas que tanto Hölderlin como Heidegger nos sugieren, plantean problemas fundamentales, que además nos llevan a  preguntas que dejaríamos abiertas para el debate que aquí se plantea sobre “Democracia-Rebeldía-Poder: Generar Comunidad”.  Las preguntas serían las siguientes: ¿para que artistas en los decadentes Estados Democráticos modernos?,  ¿Cuál es la relación entre rebeldía, rebelión y revolución, a miras de un hacer artístico?, ¿Qué se entiende por resistencia y revolución?
Para empezar a analizar las diferentes preguntas a las que esperamos por respeto a todos, no dar respuesta, nos alejaremos totalmente del planteamiento de Heidegger, asistiendo a la búsqueda de  otras casas que nos hablen del ser/hacer y de los planteamientos que hoy nos llaman.
Saliendo a la búsqueda de camino, me gustaría entrar de visita a la casa de Deleuze y tomar prestado, en lo posible, su concepto de “Resistencia”, ¿pero por qué es importante este concepto?, dejemos que el autor nos lo diga:
“Tan pronto como creamos, resistimos. Saboteamos las ideas recibidas al liberar la vida.”[2]
Deleuze nos dice aquí claramente que la creación tiene una relación directa con la resistencia, crear es resistir, resistir es sabotear las ideas recibidas de lo otro, crear es liberar la vida, resistir es seguir creando a cualquier costo.  El filosofo sin órganos y paridora del Anti-Edipo nos vuelve a enunciar mas adelante, que es éste concepto de “Resistencia” de la siguiente manera:
“En el caso de las artes el problema se presenta más claro, porque la ciencia está en una posición más ambigua, en cierto modo le pasa como al cine: está atrapada en tales problemas de programas, de capitales, y todo lo demás... que, las partes de resistencia –pero, en fin, los grandes científicos son también al fin y al cabo grandes resistentes. Pensemos en Einstein, en muchos físicos, en muchos biólogos de hoy en día, es evidente... Resisten, en primer lugar, al arrastre y a los deseos de la opinión corriente, es decir, a todo ese dominio de interrogación imbécil.”[3]
Llegado a este punto, tenemos claro pues, que Resistir es saber que nadie tiene derecho de atropellar a un artista, porque todo artista es un liberador de vida, una potencia de la naturaleza, la vida del artista va más allá de si misma; y es por esto que la sola existencia del arte es ya una resistencia. “Crear es liberar al hombre de su propia prisión, eso es resistir.”
Pensarán ustedes que el planteamiento mas lógico al que podríamos llegar aquí, seria decir que la respuesta a ¿Y para qué poetas en tiempos de penuria?, y ¿para que artistas en los decadentes Estados Democráticos modernos?, sería para “Resistir”. Pero si la respuesta fuese esa, se nos abrirían otro cumulo de preguntas que irían mas o menos por el siguiente sentido ¿son la rebeldía, la rebelión y la revolución formas de resistencia?, ¿como se debe ejercer la rebeldía, la rebelión y la revolución como formas de resistencia artísticas?
Pero primero desglosemos un poco los términos para poder entender bien que es lo que estamos problematizando; cuando hablamos de “rebeldía”, estamos hablando de una acción o de una cualidad que porta un sujeto en suerte, al que se denomina “rebelde”; es decir, un “rebelde” es el que ejecuta la acción de “rebeldía, “un “rebelde” es el que faltando a la obediencia debida se “rebela”; El “rebelde” se subleva, se levanta haciendo falta a lo debido, haciendo uso de su “rebeldía”.
Podemos en este punto diferenciar ciertos elementos y calificar a la “rebeldía”, y, a la “resistencia” en el orden de lo singular, contrariamente a lo que sugieren la “rebelión” en un sentido plural como levantamiento público y hostilidad contra los poderes del estado, y la “revolución” como motor de la historia en un orden marxista.
Para entrar a esta parte de la discusión tomaré ideas de dos ensayos cortos de Fernando Pessoa que tienen por nombre: “Sobre la función social de la poesía” y “Los grandes movimientos revolucionarios.”
En “Sobre la función social de la poesía”, Pessoa nos hace un corto y congruente análisis sobre la “división del trabajo social” en el cual nos dice:
“El zapatero, cuando hace botas y zapatos, y sólo botas y zapatos, no está ejerciendo esa labor con la conciencia social de funcionar dentro del principio de la división del trabajo social, y de que entre esa ocupación y otras hay una interdependencia. El político, cuando hace su política, no piensa de momento sino en sus ambiciones personales y, a veces, en el destino del país que pretende gobernar; no se le ocurre, sino en momentos de reflexión, no propiamente políticos por lo tanto, que está adentro de aquellos dos principios, de que se trata, de la vida de las sociedades.”[4]
De igual manera que los otros sujetos como el Zapatero y el político,  para Pessoa el artista;
“…no tiene sino que ejercer su arte, cuidando de ejercerlo tan bien como pueda. Todas las otras consideraciones le deben ser ajenas: y así cumple el principio de la división del trabajo social, y lo cumple tanto mejor cuanto menos deja entrar en su arte elementos de preocupación con todo cuanto no lo sea. De la interdependencia de su actividad artística con las otras funciones sociales él no ha de preocuparse, porque eso está fuera de la esfera de cuanto pueda hacer.”[5]
Vemos pues como en Fernando Pessoa, la función de “resistencia” y “rebeldía” casi que son contradictorias, dado que para Pessoa el artista solo tiene que ejercer bien su arte, y haciéndolo bien esta cumpliendo su función social, además porque las otras funciones sociales están fuera de su alcance. Para Pessoa un arte que excede los límites de su propia reflexión es un arte que corre el riesgo de caer en el mal arte.
“Arte en la vida práctica, ese es uno de los delirios de los embriagados de la Inteligencia. El arte propaganda hace mal, porque, por ser propaganda, es siempre mal arte, y, por ser arte, es siempre mala propaganda.”[6]
En Pessoa al artista no tiene que importarle su función social, el artista solo tiene que hacer arte y hacerlo bien, de esta manera esta cumpliendo su labor social, esta ejerciendo su “resistencia” como liberador de las potencias de la vida.
Por otro lado, para Pessoa la “revolución” como fenómeno plural nace de un sentimiento claro y por lo tanto cierto, de una injusticia, y de una idea vaga, y por lo tanto errada, del modo de remediar esa injusticia, veamos los puntos principales de su crítica:
1.      “Pero un sentimiento general y fuerte de injusticia genera forzosamente ideas absurdas. En primer lugar, un sentimiento fuerte es una condición negativa para la lucidez; quien estudia apasionadamente (salvo en el sentido de entusiasmo intelectual) un problema, lo estudia siempre mal.”[7]
2.      “En segundo lugar, un sentimiento de injusticia envuelve siempre un odio o rencor a quien la practica; y la teoría nacida, o adaptada, por ese sentimiento tenderá fatalmente a ser excesiva en el sentido contrario: no sólo a deshacer la injusticia, sino a castigarla, esto es, a herir y vengarse de los que la practican, o se supone que la practican. Resultará una teoría tan injusta como la práctica a que esa teoría se contrapone.”
3.      “En tercer lugar, los problemas que una revolución busca resolver son siempre problemas sociales, todos, por naturaleza, de una gran complejidad.”[8]
Para finalizar, me gustaría enunciar algunas ideas de los conceptos que se presentaron aquí, para que sirvan de herramienta a la discusión que asistimos; pero no antes, debo dejar claro, entendiendo la complejidad de estos conceptos que se han trabajado de una manera rigurosa por diferentes teóricos y sabiendo además que las fuentes de este trabajo son ensayos y vídeos cortos al margen del cuerpo teórico y poético en las obras de Deleuze y Pessoa respectivamente, los conceptos y las ideas quedan como significantes flotantes para la libre interpretación y uso abierto a la necesidad de los asistentes que quieran hacer parte de la discusión.
Conclusiones:
Resistir es liberar la vida
La Ciencia también resiste.
Se resiste: 1 -al arrastre
                 2 -opinión común y corriente
                 3 -dominio de interrogación imbécil ¿Porque?
La sola existencia del arte es resistencia, por eso no necesita de un ¿porque?
Resistencia es liberar la vida.
El rebelde se subleva haciendo uso de su rebeldía.
Rebelión es un encuentro de rebeldes.
Revolución es el cambio o transformación del Status-quo.
La revolución necesita de un ¿Por qué?
En Pessoa el artista que hace bien su arte, resiste, libera la naturaleza y cumple el principio de la división del trabajo social.
La revolución busca resolver problemas sociales.
La revolución nace de un sentimiento fuerte de injusticia y su reflexión parte de esta misma injusticia.
La teoría nacida de esta injusticia, seria tan injusta como a la injusticia que se opone.

Por mi parte, debo decir que de mi resistencia no esperen nada más subversivo y justo que el propio hecho de no pretender dar respuestas.




Bibliografía:
Heidegger - ¿y para que poetas?
Deleuze – El Abecedario de Gilles Deleuze. R de Resistencia
Fernando Pessoa – Los grandes movimientos revolucionarios
Fernando Pessoa – Sobre la Función Social del Arte



[1] pregunta la 248 elegía de Hölderlin «Pan y  Vino».
[2] Deleuze, Gilles. “Abecedario”, R de Resistencia.
[3] Ibíd.
[4] Pessoa, Fernando “Sobre la función social del artista”
[5] Ibíd.
[6] Ibíd.
[7] Pessoa, Fernando “Los grandes movimientos revolucionarios”
[8] Ibíd. 

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