20 dic 2012

Ensayo sobre La(s) Lengua(s)


Ensayo sobre La(s) Lengua(s)

Mauricio Arcila Arango
(Lord Klisgor)





“Si (como afirma el griego en el Crátilo)
El nombre es 
arquetipo de la cosa,
En las letras de rosa está la rosa
Y todo el Nilo en la palabra Nilo.”

Definir la “lengua” no es una cuestión sencilla, como bien se ha demostrado a lo largo de la historia de la filosofía; bien podríamos remontarnos al conocido dialogo platónico del “Crátilo” en donde se enuncia quizás por primera vez la multiplicidad de problemas o “aporías” -como lo definiría el filosofo Jacques Derrida- que están enraizados en este termino. No pretendo en esta instancia apelar a una cuestión de orígenes o a la conocida dialéctica entre naturaleza y cultura, sino por el contrario enunciar algunas cuestiones de intereses que surgieron a lo largo de algunas lecturas de los textos de Derrida que permitan en lo posible problematizar el concepto de “la lengua”.

Para empezar a bordear el problema podemos decir que la palabra “lengua” viene del latín “lingua”, tal cual como se utiliza en el italiano de hoy en día “lingua”, ambas palabras tanto en latín como en italiano significan “idioma”, es decir  la “lengua” en común; no del singular “lengua”, sino del plural “lengua” o para ser mas exactos deberíamos decir del plural las “lenguas”, en el entendido de lo múltiple.

Dejando a un lado el problema de las raíces como bien se advirtió hace un momento, pasaremos a otro problema que nos suscita esta palabra, ya que no solo hace referencia al idioma como la(s) “lengua(s)” en común, sino también al órgano móvil que tenemos situado en el interior de nuestra boca y por el cual podemos articular fonéticamente las palabras, el idioma o la(s) “lengua(s)”. En otras palabras, por medio de la “lengua” –órgano- podemos articular la(s) “lengua(s)” –idiomas-, la “lengua” como instrumento de la “lengua”; como podemos ver, esta posición nos remite a un problema ya trabajado por Heidegger cuando nos dice “el habla, habla”.

Ya que hemos identificado esta primera “aporía” de la “lengua” que son las “lengua(s)” podemos entrar en materia con una entrevista que le fue realizada al filosofo Jacques Derrida la cual lleva por titulo “La lengua no pertenece”; titulo que sugiere en lo desentendido de este texto que la “lengua” –órgano- no nos pertenece, o la(s) “lengua(s)” en lo común de lo idiomático, no nos pertenecen, como si fuéramos ajenos a nosotros mismos tanto en el sentido de la “lengua” como en el de la(s) “lengua(s)”, es decir, ajenos tanto en lo “natural” como en lo “cultural”; en lo “orgánico” y en lo “proteico”. Pero ya dejemos de rumear sobre el abismo y demos paso a lo que nos dice el filósofo de la desconstrucción sobre la lengua: “La lengua es eso mismo que no se deja poseer, pero que, por esta misma razón, provoca toda clase de movimientos de apropiación. Porque ella se deja desear y no apropiar, pone en movimiento toda clase de gestos de posesión, de apropiación.”[1]

De esta primera aproximación que nos hace el filósofo a la(s) “lengua(s)” podemos resaltar algunas ideas que nos pueden ir sirviendo de marcadores sintomáticos para adentrarnos más a este fenómeno, la primera es que “la lengua no se deja poseer”, es decir que la(s) lengua(s) están en el “orden” de lo inaprensible, lo inaccesible y de lo escurridizo como si de un mundo “Lovecraftiano” se tratara.

La segunda idea que resalta de este primer acercamiento es que “la lengua provoca movimientos de apropiación”,  pero debemos apuntar claramente lo que puede significar estos “movimientos de apropiación” porque llegados a este punto nos encontramos con otra “aporía”; decíamos en una primera instancia que “la lengua no se deja poseer”, y luego dijimos que “la lengua provoca movimientos de apropiación”, ¿significa esto que la lengua es aquello que no se deja poseer pero que intenta poseer o posee en efecto?

En una tercera instancia el filosofo resalta estas dos primeras ideas de la siguiente manera: “Porque ella (la lengua) se deja desear y no apropiar, pone en movimiento toda clase de gestos de posesión, de apropiación.”

¿Pero quien es ella “la lengua”? ¿Que es lo que ella “la lengua” se deja desear y no apropiar?, ¿Y qué es lo que ella “la lengua” intenta apropiarse con los gestos que pone en movimiento?, Sigamos adelante con otra idea que nos da el filósofo sobre “La lengua”: “Y es por tanto ya en la lengua, ahí donde está la lengua, que la experiencia de la vida-la muerte se ejerce.”[2]

-¿Pero quien es ella “la lengua”?

“La “lengua” es ella “la lengua” o “la lengua” son ellas “la(s) lengua(s)” como si de lo común se tratara, “la lengua” en lo múltiple de “la(s) lengua(s)”; “la lengua”  aporía de si misma en el entendido de lo irresoluble, “la(s) lengua(s)” oxímoron como estado constituyente de lo estético en un sentido poético.

-¿Que es lo que ella “la lengua” se deja desear y no apropiar?

La experiencia de la vida.

-¿Y qué es lo que ella “la lengua” intenta apropiarse con los gestos que pone en movimiento?

La muerte que se ejerce. 

“Se trata de la vida en el sentido en que no es separable de una experiencia de la muerte. Entonces, sí, la primera forma de contradicción es esa, es decir que la vida de la lengua es también la vida de los espectros, es también el trabajo del duelo, es también el duelo imposible.”[3]

No es la intención llegado este punto dar respuestas sobre que es “la lengua”,  que cosa es lo que no se deja apropiar y de que es lo que se intenta apropiar, porque la “vida” y la “muerte” son tan efímeras como “la lengua” misma y utilizarlas como finalidad para dar una respuesta en un ensayo tan simple como este seria la injusticia total, tanto para la(s) lengua(s), como para la vida y la muerte.

Mas bien me interesa tomar en este punto, -que no es punto sino camino, “camino sin retorno” porque no se puede “des-hablar”, no se puede “des-lenguar” o quizás si pero desconozco la formula- la idea que nos sugiere el filosofo “la lengua es también la vida de los espectros”, como si de otra vida se tratara, no de la “experiencia de la vida” que enunciábamos hace un momento como “lo no apropiable de la(s) lengua(s)”, sino como la “vida de los espectros” y “experiencia espectral” en lo apropiable de la(s) lengua(s)” que es la “muerte que se ejerce”. “La lengua, la palabra, en cierto modo la vida de una palabra, tiene una esencia espectral. Esta sería como la différance: se repite como ella misma y es cada vez otra.”[4]

“La(s) lengua(s)” -es/son- lo no apropiable de la experiencia de la vida como vida misma, en un sentido “natural” y en un contra-sentido “cultural” en el entendido de lo “orgánico” y lo “proteico” porque la experiencia se escapa en el orden de lo “espectral” y no en vano el filosofo nos trae a colación la  “différance: (que) se repite como ella misma y es cada vez otra”, como “lengua” singular y como la(s) “lengua(s) en plural. “Esta contradicción no es la contradicción desgarradora de alguien en particular, es una contradicción que se inscribe en la posibilidad de la lengua. Sin esta contradicción, no habría lengua.”[5]

Podría entenderse aquí que esta aporía de la “lengua” es el motor mismo de la(s) lengua(s), ya que desgarra el sentido mismo de la “lengua” en el orden de lo particular, dando cabida a la multiplicidad, a la “différance (que) se repite como ella misma y es cada vez otra” -la(s) “lengua(s)”-, dándose a desear, no dejándose apropiar, apropiándose de lo inapropiable de la “experiencia espectral” y de “la muerte que se ejerce”.

Entendemos pues que la(s) lengua(s) es/son la  capacidad de la -carne viva- en el sentido de lo “orgánico” y lo “proteico” que hace de la “experiencia espectral” en el orden de lo imposible su apropiación, ejerciendo la différance como lo singular de la “lengua” que se manifiesta en errancia espectral en lo plural de la(s) “lengua(s), siendo esta la “aporía” misma.

La “poesía” como herramienta de la(s) “lengua(s)” constituye la “experiencia espectral” por excelencia, ya que la poesía es la  imposibilidad de experiencia de la vida, aquella que intenta apropiarse del movimiento que ejerce la muerte a través de la(s) “lengua(s)”; el poeta crea obra sin cuerpo que ejerce la “lengua”, o la(s) “lengua(s) dan cuerpo al poeta como espaciamiento y  movimiento de la “experiencia espectral” que culmina en obra.

Sea como sea, la(s) “lengua(s)” determinan un camino, que no es camino, por el cual están en juego la “experiencia de la vida” y el “ejercicio de la muerte”, invadiéndose constantemente una a otra sus caminos, que no son caminos en el  “ejercicio de la vida” y la “experiencia de la muerte”, ya que “la lengua no pertenece” y resucita una y otra vez los espectros de las la(s) “lengua(s)” que retornan triunfantes, como carne viva, experiencia y despertar, solo para darse cuenta que ellas mismas son su cadáver, ya que la “lengua” es el sepulcro de la(s) “lengua(s)”.

Conclusiones:
  • La “lengua” no es una cuestión sencilla.
  • La palabra “lengua” viene del latín “lingua”.
  • La "lengua" no es singular.
  • Las “lenguas”, son plural en el entendido de lo múltiple.
  • Por medio de la “lengua” –órgano- podemos articular la(s) “lengua(s)” –idiomas-.
  • La “lengua” es el instrumento de la “lengua”.
  • “La lengua no pertenece”;
  • La “lengua” –órgano- no nos pertenece.
  • La(s) “lengua(s)” en lo común de lo idiomático, no nos pertenecen, como si fuéramos ajenos a nosotros mismos.
  • “La lengua no se deja poseer”
  • La(s) lengua(s) están en el “orden” de lo inaprensible, lo inaccesible y de lo escurridizo.
  • “La lengua provoca movimientos de apropiación”,
  • “La lengua no se deja poseer”
  • “La lengua”  es la aporía de sí misma en el entendido de lo irresoluble.
  • “La(s) lengua(s)” es/son el oxímoron, estado constituyente de lo estético en un sentido poético. 
  • “La lengua es también la vida de los espectros”
  • La “experiencia de la vida” es “lo no apropiable de la(s) lengua(s)”
  • Lo apropiable de la(s) lengua(s)” es la “muerte que se ejerce”, la “vida de los espectros” y la “experiencia espectral”
  • La “lengua” es el motor mismo de la(s) lengua(s).
  • La(s) lengua(s) es/son la  capacidad de la -carne viva- en el sentido de lo “orgánico” y lo “proteico”
  • La “poesía” es una herramienta de la(s) “lengua(s)”
  • A través de la(s) “lengua(s)”; el poeta crea obra sin cuerpo.
  • La(s) “lengua(s) dan cuerpo al poeta como espaciamiento y movimiento de la “experiencia espectral” que culmina en obra.
  • La(s) “lengua(s)” determinan un camino, que no es camino.
  • La(s) “lengua(s)” retornan triunfantes, como carne viva, experiencia y despertar
  • La “lengua” es el sepulcro de la(s) “lengua(s)”.




[1] Jacques Derrida  “La Lengua no Pertenece”, Entrevista con Évelyne Grossman Esta entrevista fue publicada en la edición que el mensuario Europe consagró a Paul Celan (año 79, n° 861-862/enero-febrero 2001). Traducción de Ricardo Ibarlucía publicada en Diario de Poesía (nº 58, primavera 2001). Edición digital de Derrida en castellano.
[2] Ibíd.
[3] Ibíd.
[4] Ibíd.
[5] Ibíd. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario