¡Te temo! Voy a ser por siempre tu victima He pacificado las revueltas aguas amargas He sido consejero de la impotencia asumida He llevado la realidad como encargo Entendimiento como solución de la vida Y en primavera, el vino sabe amargo Y el aberrado afirma: ¡No hay conciliación! ¡No hay consolación! ¡Murió de derecho! ¿Cuántos lo habrán abrazado? ¡Siguió viviendo como fantasma del recuerdo!
¡Te Amo! Voy a ser por siempre tu verdugo He encolerizado las aguas, residencia del profundo He sido mensajero de la peste y la amargura He llevado la locura como gloria Desesperanza como solución de la vida Y en invierno, el vino sabe a sangre Y el aberrado afirma: ¡No hay conciliación! ¡No hay consolación! ¡Murió de derecho! ¿Cuántos lo habrán abrazado? ¡Siguió viviendo como fantasma del recuerdo!
Canta a la noche el jaguar hechicero, misterios ocultos nacidos en jungla, ritos antiguos en éxtasis arcanos, transformaciones hipersensibles de espíritus hermanos.
¡Oh mundo no manifestado! ¡Oh lo que no integra el tiempo!
¿Dónde estás tú, que escapaste del espacio? ¿Dónde estás tú, que escapaste de lo aparente?
Tengo el poder de un príncipe, tinieblas y ministros que son siete, un alma en cada cárcel, cuerpo que es materia, mente que es delirio, astro que ilumina mis presagios.
¿Qué tengo que no haya recibido? ¿Por qué glorificarme de algo vano?
Libre albedrío: ¡gracia! necesidad que se conquista.
Depende de mí, dar el primer paso hacia la nada, como el enfermo da el paso hacia la muerte. Mas sin embargo la voluntad humana, preserva hasta el fin, y la predestinación eterna incuba en él hastió.
Se agitan sus cuerpos en éxtasis oscuros, danzando en las tinieblas, bebiendo del vino de la muerte, cantando al compás de la llama jadeante, que al mezclarse con sus cuerpos crea tentación al ángel.
Lujuria y libertad son nuestros mejores frutos, cosechados dulcemente, consumidos lentamente. Ven a disfrutar con la gran ramera, la puerta está abierta, para todos aquellos que quieran la muerte.
Canta felizmente en tus últimos momentos, se cierran las puertas del recuerdo, mira como la llama arde, mientras los cuerpos se consumen, cayendo suavemente, como semen sobre el cuerpo.
Solo en las profundidades de mis aguas,
hallarás mis dulces besos, danzarinas ondinas,
con liras de esmeralda, danzas alabanzas,
peces van girando, donde la luna está brillando.
Ilusionarías acuarinas de pisceanas esperanzas,
donde la luna brilla, donde la muerte calma.
Canta la nívea fantasma, a la costa fría, a la errabunda alma.
Y si los pensamientos como olas frías,
agonizando en cada costa; ¡onda, onda!
¿dónde está la vida?
Mirad, la luna está brillando,
danzarinas ondinas, con liras de esmeralda,
ilusionarías acuarinas de pisceanas esperanzas,
donde la luna brilla, donde la muerte calma.
He caminado entre la vida sin esperanzas y muerto, entre oscuros caminos de alegorías ficticias, entre sombras, monstruos y serpientes, aves, leones y criaturas no vivientes.
He visto la semilla del pecado, donde nace el árbol de la vida, he visto luz en las sombras y sombras en la oscuridad.
He encontrado la entrada al paraíso, rodeado de mujeres, rosas y vino, sin remordimientos, tristezas o pesares, solo con libertad, única dueña de mis cantares.
Sigo cantando a la llama jadeante, danzante, se encuentra mi corazón, sigo danzando con la luna brillante, apasionado, ebrio de locura, canta mi corazón.
I No sé exactamente donde nació este canto, Egipto, Grecia, Mesopotamia, ¡Oh imperios de América!, en la impotente vía láctea, que circula y circula, en el cosmos ad eterna.
No sé exactamente cuando nació este canto, entre el todo o la nada, una fracción del tiempo. Excelsa armonía, ¡Principio! Excepcional orden, ¡disputa!
El canto de las más altas dignidades; Principio y disputa.
II Yo soy el padre que ha engendrado un hijo, solo algún tiempo por algún tiempo, me he abandonado en el hórrido abismo. Argumento: ¡no creo que existo!
He engendrado un misterio solo algún tiempo por algún tiempo, un tiempo en el que mi hijo no existía, me engendro anterior a lo engendrado.
Existo solo algún tiempo, por algún tiempo. He sabido del tiempo en el que no existía ¡Mi hijo no existía! ¡Mi hijo no existía!
Estoy condenado algún tiempo, solo algún tiempo por algún tiempo. De plena libertad de mi conciencia, libertad para exponer mis creencias, gozo durante el misterio, pasión ante el ataque, lógicas contrarias sostenidas.
III Yo no he sido un padre siempre, hubo un tiempo en que fui hombre simplemente, Nada, verbo, criatura y obra, Divinidad antes de haber sido hecho, hubo un tiempo en que aún no existía, Yo he estado solitario en mi verbo, mi sabiduría aún no existía, me he querido crear Y me he dado un nombre, Verbo, hijo y sabiduría ¡Mi hijo no existía! ¡Mi hijo no existía!
IV En la soledad me reconozco, soy mi único engendro, único mortal eterno, sin principio verdadero.
Soy mi único engendrado, único inmortal terreno, Sin un fin palpable.
Me engendro anterior a lo engendrado, sin tiempo, porque esta ha de ser mi voluntad.
Todo poema se escribe primero con sangre sobre el cuerpo, luego en papel, por cuestión de orgullo.
V Soy el engendro antes del tiempo, creado y formado por los siglos, las abominaciones de la historia, los vicios de la filosofía, las certezas de la ciencia, los delirios de la poesía.
¡Oh mi criatura más amada, yo te condeno a la muerte!
Y tú, sombra de mi verbo engendrado; serás el mensajero de mi pensamiento divisible y mudable, el misterio de mi alma excelsa.
Serás un ser, realmente aparte de lo que todos afirman. ¡No, Nada!